CINES DE VERANO DE NUESTRA CÓRDOBA.
Cines de verano de nuestros
años,
Ordóñez, Ramos y el Zarco,
el Florida en Huerto
Hundido,
preludian nuestros amores,
del Peral a Juan Tocino.
De aquellos cines sagrados,
el verano fue,
con grandes miras
nuestro más fiel aliado.
Mientras nos entreteníamos
Con Ava Gadner en Mogambo.
Y hasta al Córdoba Cinema
en Arroyo San Lorenzo,
nos fuimos todos a ver
a la Silvana Mangano.
¡Vaya italiana con garra!
¡Vaya cuerpo bien formao!
¡No me cuentes, no me digas,
que d’ella t’as enamorao!
Con el bayón de la “ANNA”
bailando al negro zumbón,
las novias cantan alegres.
ritmos
del Caribe son.
Que de nuestros lares es
el bello cine Florida,
todos los vecinos vamos
a tropel por Costanillas,
y en la esquina redoblando
el compás de Antonio Molina
ya se oye, ya se eschucha…¡ “corre, corre…, corre niña”
que ha empezao la película”!
Las celindas y madreselvas,
las bombillas de colores,
verdes, rojas
amarillas,
engalanan las maderas
de las verdes celosías.
Noches del estío al fresco
de los cines de verano.
Madres, abuelas y niños,
Novios, mozas y gitanos
mezclados todos al estruendo
de los soldados romanos.
Ya despacito nos vamos
y alegres para el cine Iris,
allá por la calle Abéjar
donde están “los Coloraos”.
que sepa yo están poniendo
una del Oeste americano.
¡“No te preocupes mi niña,
que llevo garbanzos tostaos”!
Tambores de guerra suenan.
Sí, son Tambores lejanos,
Gary Cooper están poniendo
esta noche en el cine Zarco.
Cine entre callejuelas,
hasta la Plaza El Pozanco,
te declaro mis amores,
¡Morena! que tanto amo.
Miguel, la Eusebia y la Dora
se van caminito abajo,
con las pipas que han
tostao,
al Coliseo San Andrés,
para volverse locos en los
tangos
que canta Carlos Gardel.
Mimosas, limoneros y
naranjos,
adelfas, gitanillas y
jazmines,
¡Qué bien me huele la
tierra,
de esta terraza de cine!
Mientras nosotros al Ordóñez
con mi simpática Rosi,
¡altramuces y panchitos!
que Tyrone Power,
en el Zorro,
es el príncipe esta noche.
No llevo otra cosa no,
que una botella de agua
para saciar nuestra sed.
De los niños, arrumacos
de mi querer, buena fe.
de tus ojos clavellinas,
de ti, tu guardián seré.
Y llegan a la taquilla
del otro cine del barrio,
La Ángeles se viene hoy,
que ponen a Miguel Ligero
junto a la Estrellita
Castro.
Que para esta buena mujer,
Gaseosas de bolillas
y pipas salás con sal,
por ser una suegra graciosa
cariño yo le daré.
Y del Astoria al Realejo,
alguna distancia hay,
pero mientras, por las
calles
higos chumbos compraremos
que están fresquitos en
verano,
dulces por fuera y por
dentro.
¡Ay! mis cines de verano.
¡Ay! de mis noches al
fresco,
¡Ay! mi calle, el cine
Ramos,
¡Ay! mis películas de vaqueros.
Que aunque las chinches nos piquen
y las escuchemos de lejos,
Aunque las sillas de “anea”
viejas son y caen al suelo.
Aunque niños, mozos, viejas,
griten,
fueron de mi juventud el
verso.
María Dolores Gómez Zafra.
Para todas aquellas personas que vivieron los cines de verano de
nuestra Córdoba de la postguerra, de los años cuarenta, cincuenta, sesenta y
setenta. Que comieron pipas salás, las pipas de melón, los garbanzos tostaos y
los salaillos, los higos chumbos, bebieron alguna vez una gaseosa y llevaban el
agua del pozo en botijos o una botella de gaseosa.
Nostálgico poema que rememora un tiempo que no conociste. Buen ejercicio de imaginación basado en hechos contados y películas. ¿Me equivoco? Me encanta la poesía, tienes una gran facilidad para la lírica. Y por supuesto ternura y sensibilidad. Un abracísimo.
ResponderEliminarY esa foto vintage me ha encantado
ResponderEliminarla foto es sacada de internet de las poquitas que hay de los cines de verano en Córdoba. He querido hacer la poesía de los cines de verano como homenaje a mis padres, a los tuyos, a todos nuestros mayores, que nos enseñaron los cines de verano .,.. o es que no te acuerdas???? Y por supuesto es que va en un pequeño trabajo que le hago a mi madre y a mi padre... Ya has visto algunos otros poemas.
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