Buscad en el infinito

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Paseo de los Eucaliptos

domingo, 10 de marzo de 2013

En el día de la mujer trabajadora



 
      En el día de la mujer "trabajadora", que fue el ocho de marzo, hago un hincapié para todas nosotras, que a muy duras penas hemos soportado el dolor y la fatiga, que no miseria, de aún sentirnos vejadas por nuestra condición de hembra.
Y es sorpredente que aún en este siglo que se suponía moderno, estemos con la soga al cuello y teniendo que rendir el doble que los machos, para ganar la mitad que ellos.
      Yo lo sé muy bien, porque desde mis diecisiete años he luchado con todo mi afán por mantener al menos mi status, que no el de ellos; por desenvolverme en ese mundo "cabrito" que conocí tan joven, donde ¡válgame dios! que barbaridad de machistas había en aquella oficina. La frase más peyorativa que podría escuchar era la de un grasiosito, que entonces se la daba y aun se las de buenos pelos, y que entre otras cosas, ha sido un gran causante en la actualidad de la pérdida de mi trabajo. Este bufón inquiría a propósito del trabajo, si una cosa estaba bien o salía mal, diciendo "niña,... a la mujer y al papel,...hasta el culo le has de ver,...! Bueno, yo me quedaba asombrada de aquella frase, porque estaba acostumbrada a otros, digamos "modales", recién llegada de un colegio de monjas,... Y no solamente por esa razón, sino porque me parecía muy fuerte que en el despacho de un notario, se dijeran esas frases, soeces, machistas y denigrantes. Pero, no. En absoluto ellos se callaban y hoy me resulta casi imposible recordar aquel mundo machista, en el cual la mujer era criticada con muchísima frecuencia.
    mdgz

domingo, 3 de marzo de 2013

Arpías y Sirenas.


                                              IGLESIA DE SAN MARTIN EN SEGOVIA.

      Una imagen vale más que mil palabras. Menos mal que dentro de la fuerza y autosuficiencia que Dios me dio soy capaz de sobreponerme a todos los dolores de este mobbing laboral realizado por una jauría humana, que son igual que las sirenas o las arpías,  nereídas, demonios y otras bestias que tan elaboradamente componen bellos capiteles o canecillos, ménsulas, tímpanos... de nuestros templos románicos.
         Y al igual que en aquel Románico, donde todo era simbología para la interpretación de los textos bíblicos, el quehacer diario del hombre medieval, sus inquietudes y trabajo, sus miedos, alegorías, vivencias, creencias y una estética al parecer simplista, pero con un transfondo que subraya toda la riqueza de aquel mundo rural e incipiente urbano, la Iconografía del Románico está repleta de esculturas que nos hablan de aquel orbe tan rico y cargado de mensajes y signos, ante los cuales el medieval hablaba de sus días, yo puedo decir que hablo de mis inquietudes personales, adaptándome a esta discriminación de arpías y sirenas, serpientes resbaladizas que trepan árboles y mesas de oficinas, cajones y escupen venenos para destruir desafiantes el honor de 35 años en una notaría.
        Para el Hombre románico, uno de sus grandes temores era la figura de la "arpía". Este animal del bestiario, tan unido a la sirena y a las nereidas, era para el hombre altomedieval, "Rostros de doncellas en cuerpos de aves". Nombre de origen griego, significando "rapaces", volaban y robaban comida. Si en su origen mitológico aparecen como hembras voladoras",... pasando en Virgilio como "un monstruo aciago", en la Edad Media se convierten en "despiadadas, crueles violentas". Pero aún hay más, pues este animal con cabezas de doncellas, cuerpos de rapaces, garras afiladas, en actitudes desafiantes y beligerantes, que comen sus propios excrementos y todo lo ensucian y portan enfermedades, son la representación en piedra de lo que algun@s human@s llegan a ser cuando se trata de derribar a colegas y empleada que han estado a pie de cañón.



      Si bien este capitel no muestra arpías, si os pondré algunos, donde se muestras sirenas, arpías, grifos, centauros, demonios e incluso representaciones burdas y endiabladamente maléficas.
   Como en todo tiempo, lugar y forma, existen arpías y sirenas, seres fantásticos que de sus propios excrementos hacen su manera de vivir, porfiando; serpientes de lenguas bífidas que resbalosamente se introducen en la copa del árbol y atrapan las manzanas de oro. ¡Oh! ¡Qué sirenas engañan el oído de Ulises!...
    Por ello es doloroso encontrarse en este siglo, con esos monstruos que, al igual que el hombre románico temía y esculpía en los capiteles y otros soportes para advertir de su peligro, así la persona noble y de buen corazón ha de seguir esculpiendo, para estar alerta ante el mal del bestiario, pues no se ha cambiado tanto.



Esta imagen de un ser feo, monstruoso, una serpiente, le ahoga y le muerde la cabeza, bien pudiera ser una imagen actual, cuando para triunfar, muerdes a una compañera ahogándola e infringiendo solidaridades y compañerismo. Para mí, los últimos años en aquel despacho, se convirtieron verdaderamente en una "níooo de arpías"




     O esta otra "Sirenas de doble cola", animal engañador que con su canto te conquista y mata. A pesar de su belleza y dulce son, no te fíes nunca de esas sirenas que con buenas palabritas sonsacan, para luego hundirte y hacerte el mal.

     Dejo aquí esta oportunidad de expresar mi dolor por tan elaborado "mobbing", realizado hacia mí. Y como colofón en esta noche, animo a todos para volver a este Románico que tan didáctico es, donde su estética comienza en un arco de medio punto, para erigir bóvedas de cañón, ábsides semicirculares, arcos triunfales, templos rurales, y el crismón con alfa y el omega, principio y fin donde el hombre se encuentra a sí mismo. El tres: tres naves, tres ábsides,... tres arcos, tres vidas Eternas, la Santísima Trinidad en el Crismón Trinitario. El concepto materializado en la piedra, para que perviva eternamente.



                   
maría dolores gómez zafra

UNA CARTA al notario



                                        LA ÉTICA PROFESIONAL

En estos tiempos que corren del siglo XXI, con una desleal competitividad, zancadillas e insolidaridad, no me sorprende ni llama la atención la escasa ética profesional que algunos “servidores” del Derecho manifiestan frente a aquellos otros del pasado, en donde todo era elegancia y respeto.
Como si de un hotel, restaurante, lonja o supermercado se tratase, se  anuncia públicamente a través de Internet un “fedatario público” en concreto un notario que se halla por el Vial Norte, ofertando sus servicios, contacto, solicitudes, localización y especialidades, que por cierto, no está bien redactado. O sea, que la discreción, el respeto hacia otros compañeros y la deontología profesional queda para éste obsoleta.
Mas aún, a sí mismo, se auto encabeza con “D.” cuando ello no solamente es desconocimiento de las reglas de urbanidad  y protocolo e ignorancia de la sintaxis, sino que horriblemente, demuestra una falta de educación desde la cuna… ¿O es producto de soberbia y endiosamiento? ¡Ay, si los antiguos notarios levantaran la cabeza!                    
                                                               Fdo: Teresa Huertas.

EL DOLOR DEL MOBBING LABORAL



EL DOLOR DEL MOBBING LABORAL Y LA CRÓNICA DE UN DESPIDO ANUNCIADO.

           Con asombro y a la par con indignación y dolor, encuentro por azar la página Web que la notaría “CAMPOS” ha confeccionado recientemente. Un equipo de profesionales altamente cualificados. ¡Ah sí, han estudiado todos Derecho y el notario ha hecho oposiciones a Notaría...!
          Da la impresión que estaban esperando para que los tres ex-empleados de ese despacho estuviéramos fuera de sus condominios a fin de configurar esa publicidad en su Web. Tres oficiales, que fuimos víctimas de mobbing laboral, uno por una jubilación bastante anticipada, y los dos restantes por despidos improcedentes, aunque hayan estado encubiertos en “objetivos” buscando por parte del empleador las tretas e ilegalidades pertinentes para llevarlos a cabo, y peor aun esperando el momento oportuno para indemnizar con menos importe al empleado, o sea, en virtud de la actual Reforma Laboral que tan vejatoriamente está tratando al trabajador.
          Sí, digo mobbing laboral porque con artimañas, astucias y subrepticiamente poco a poco se nos fue quitando trabajo, a un oficial mayor y a dos oficiales segundos. Escrituras que en la recepción se las pasaban a los dos “oficiales, les llaman <mayores>, compañeros de fatiga de tantos y tantos años que nos conocen y conocemos”; desviando los clientes que tratábamos, derivando llamadas, para estar días enteros sin apenas tener un simple poder para pleitos que hacer; cambiándonos de puesto y de funciones, de áreas de responsabilidad clave, e incluso nada, nada… ("hasta que se aburra o se vaya"),  dejándonos cada día menos oportunidades de ir avanzado en este escaso periodo en el que todo ha cambiado. “Programa Signo, procesos telemáticos, índices únicos, Reglamento Notarial, decretos y leyes nuevas,… un sinfín de pormenores para estar al día, en esa función de empleado de notaría. Y llegar a pensar que al cabo de treinta y cinco años en mi caso, exactamente tu futuro dependa de una carta de despido, de una política partidista, de unos contratos-blindados de los dos oficiales que nada de solidaridad y amistad han tenido, no me cabe en la cabeza por más vueltas que le dé.
      Es bastante deprimente comprobar y corroborar cuánto han realizado bajo cuerda y con clara intención separatista esos dos oficiales, que intencionada y calladamente han dado lugar al mobbing laboral de los tres empleados de notaría que, rotos en su estima profesional y personal, han salido de ese despacho notarial, si así se le puede llamar, ya que los empleadores eran antiguos Corredores de Comercio, y por lo tanto, no habían pasado la carrera de Derecho ni menos aún las oposiciones a notarías.
       Y lo más significativo es que precisamente, los tres que hemos salido de ese despacho, fuimos los primeros que contrataron y que enseñamos, a esos señores excorredores de Comercio, a firmar en las escrituras, leerlas, firmar en pies de copia, notas, diligencias, testimonios. Y cómo se redactaban los distintos instrumentos públicos,…libros indicadores y libro de Registro de instrumentos…
             ¡Los palos que da la vida!
          Somos tres víctimas de un descarado mobbing laboral. Tres personas que han estado toda su vida dedicada a la notaría, aprendiendo desde lo más básico en el despacho, (hasta incluso irle a los oficiales a por bocadillos, echarles las quinielas, comprarles el pescado para sus mujeres,…), y poco a poco ir adquiriendo conocimientos de más envergadura dentro del Derecho Notarial. Con exámenes en el Colegio Notarial, (cuando los había, claro), y muchas veces, trabajando tardes, noches, sábados y domingos para sacar el trabajo que entraba, que no era “para mañana, sino par ayer”.
          ¿Y quién restituye ese honor del que habla la Constitución Española y el Tribunal Constitucional? ¿Dónde ir? ¿Cómo demostrarlo?... No espero que lo restituya esos compañeros de notaría, que conociéndonos de toda la vida, han sido artífices y consentidos de esa vejación profesional. Ni por supuesto el empleador que ha quedado como único titular de la notaría, quien es una persona soberbia, avara y sin sentimientos ni respeto alguno, que ha pensado muy bien las acciones y los hechos para que estemos en situación de desempleo y jubilación.
       Por más que lo pienso y escribo no sé cómo podrán tener la conciencia tranquila. Mas alguien que lea esta carta que derrama pena, sangre e impotencia, al menos  sepa cómo es la actuación interna de un despacho que presume de “legalidad, distinguido equipo altamente cualificado, y el notario ¡te ayuda y asesora!” 
FDO.: MARÍA DE LOS DOLORES GÓMEZ ZAFRA.