LAS NIÑAS DE LA GUERRA.
Siguiendo el relato de "las niñas de la guerra", aquellas dos señoras nos abordaron de improviso en plena luenga calle moscovita. La tarde era fría, diez grados centígrados en aquel octubre del día 12 del 1988. Los transeúntes portaban los típicos gorros rusos en la otoñal tarde y los escasos coches ladas que circulaban hacían aún más deleitosa esa imagen imaginada con la canción "Las tardes de Moscú".
Nos detuvieron dos señoras ya entradas en años, preguntándonos:
-Perdonad, chicas, ¿Verdad que sois españolas?
Admiradas nosotras pues de momento descubrieron nuestra procedencia, les dijimos "que -claro que sí, somos de España"
-Y ¿vosotras habéis oído allá en España hablar de "los niños de la Guerra"?
Pues nosotras dos somos de esos niños que en la Guerra Civil Española, nos enviaron a Rusia....
Yo pienso en estos momentos que escribo y recuerdo aquellos gratos y al mismo tiempo dolorosos momentos, cómo todos esos niños que salieron de España pudieron sobrevivir a tan ignominiosos hechos, separados de sus padres, aún tan imberbes y con el desarraigo ya en sus venas, sobrevivieron a ese dolor....
Así, ante también el dolor que nosotras sentimos preguntándonos cómo llevarían tantísimos años en la URSS, nos comentaron que efectivamente estaban desde la guerra allí en Rusia. Nunca habían regresado a España, desde aquel día como integrantes del grupo de niños, formaron los pasajeros del barco que las llevaría a otro destino que no fuese ningún lugar de España, y en este caso fue la URSS en aquel momento Stalinista. Y es más, que ante la posibilidad de regresar a España en esos años de la década de los ochenta, ellas ya no querían trasladarse, pues tenían su vida hecha en Moscú y, aunque podrían carecer de algún tipo de comida o de otras necesidades occidentales, aquel fue el país que les vio crecer y les dio cuanto eran.
¡Ah!... sí claro. Esto es otra cosa.
Solamente el ver aquellos espaciosos jardines y plazas públicas. los grandes edificios brillando en su esencia, y la presencia de marcas publicitarias de Occidente. Capitalismo cultural y envolvente. Moscú sobre su río. Moscú sobre su Plaza Roja. Красная площадь, Krásnaya plóshchad, Moscú sobre el Moscova
foto de la autora.
Moscú sobre su Kremlin, Moscú sobre su aroma...Tardes de aquel Moscú
Es en la actualidad una imagen típica de los ancianos de Rusia. Así, ante también el dolor que nosotras sentimos preguntándonos cómo llevarían tantísimos años en la URSS, nos comentaron que efectivamente estaban desde la guerra allí en Rusia. Nunca habían regresado a España, desde aquel día como integrantes del grupo de niños, formaron los pasajeros del barco que las llevaría a otro destino que no fuese ningún lugar de España, y en este caso fue la URSS en aquel momento Stalinista. Y es más, que ante la posibilidad de regresar a España en esos años de la década de los ochenta, ellas ya no querían trasladarse, pues tenían su vida hecha en Moscú y, aunque podrían carecer de algún tipo de comida o de otras necesidades occidentales, aquel fue el país que les vio crecer y les dio cuanto eran.
¡Ah!... sí claro. Esto es otra cosa.
Solamente el ver aquellos espaciosos jardines y plazas públicas. los grandes edificios brillando en su esencia, y la presencia de marcas publicitarias de Occidente. Capitalismo cultural y envolvente. Moscú sobre su río. Moscú sobre su Plaza Roja. Красная площадь, Krásnaya plóshchad, Moscú sobre el Moscova
foto de la autora.
Moscú sobre su Kremlin, Moscú sobre su aroma...Tardes de aquel Moscú
Comentamos muchas cosas en aquella tarde del otoño en Moscú, y para el día siguiente nos invitaron a participar con otros españoles en la Embajada de España en la capital soviética a lo que nosotras asentimos por compartir con ellas y otros españoles, ya residentes, ya que se encontraran allí, para unirnos a la fiesta de la hispanidad en un país tan lejano.
foto de la autora