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Paseo de los Eucaliptos

domingo, 23 de febrero de 2014

CINES DE VERANO, un pasado en blanco y negro



Artículo I (2)
CINES DE VERANO DE CÓRDOBA. Un pasado en banco y negro




      Vemos una reproducción de un folleto anunciando el estreno en el cine Fuenseca de Córdoba de la película "Algún día volveré Flame of Barbary Coast". Los mensajes son sugerentes y atrayentes que intenran rea recabar la atención de toda clase de público. Sabemos que este film fue producido en el 1945, y que el protagonista principal, John Wayne, destacaba por su buen hacer en la interpretación, conocido ya por los espectadores cordobeses de los años cuarenta los cuales se volcaban ante magnánimo galán en los variados cines de verano que proliferaban por los barrios castizos de la ciudad de la Mezquita.
       La instantánea del pasquín está en blanco y negro. Al igual que en la Cámara Lúcida de Roland Barthes, esta fotografía está reproduciendo un momento único, ya lejano a nuestro siglo XXI. Un momento que se dio en ese año de 1947, si la fecha que, manuscrita, figura al margen izquierdo de la cabecera de la propaganda "3-10-47" es la correcta, pienso en la vida que estos folletines pudieron tener de mano en mano, de repartidor a espectador, de casa en casa o de bar en bar. A la entrada de los cines,  o en cualquier rincón de la ciudad, mostrando la difusión cinematográfica que por aquellos años era el boom y parte de la historia de la vida cordobesa que a grandes bullas habitaban por unas horas las terrazas de los cines de verano de la ciudad en los meses del estío, únicos lugares habitables de la ciudad. Entonces, en esas calurosas noches cordobesas todo el mundo conocía quien era Gary Cooper, Tyrone Power, Clark Gable, Rita Hayworth o Silvana Mangano y redichos tal y como se escriben. (ver entrada  "Cines de verano de nuestra Córdoba" en mi blog). Y todo el mundo ya sabía de la película La diligencia, o de GARY-COOPER-solo-ante-el-peligro o Murieron con las botas puestas sonriendo ante un Errol Flynn y ante una erótica Gilda a pesar de la censura y cortes de los negativos.


  Otro momento de la abultada proliferación que suponía el entretenimiento de las gentes lo vemos en este folleto del "Cine Zarco", (actual cine Olimpia) donde con una foto vintage  se anuncia la película Puño de Hierro 20 Mule Team (1940 film))    donde aparece un avanzado Wallace Beery, y debajo señalando otro momento de distracción a Cantinflas.

    Éstas y otras películas, las del Oeste americano, indios y vaqueros, cine bíblico o a las producciones españolas de Lola Flores y Manolo Caracol, Estrellita Castro o Antonio Molina o Imperio Argentina, Amparito Rivelles o Alfredo Mayo, constituían el germen de los cines de verano que abundaban en la parte antigua de Córdoba. Cines como el Florida, allende el Huerto Hundido, Cine Iris, Cine Ramos, Cine Andalucía, Cine Córdoba Cinema, Cine Astoria, Terraza Magdalena, Terraza Góngora que era del cine y teatro Góngora, Coliseo, el cine de la plaza de toros, "El Coso de los Tejares", o el cine Zarco, Delicia, Cine Fuenseca, o el Rinconcito,... todos estos y otros muchos más, al compás de "salaillos" pipas, gaseosas de bolilla, agua del pozo y sillas de enea, en las que abundaban cientos de chinches, circunstancia a la que la clase pobre de Córdoba y no tan pobre estaba más que acostumbrada. Eran años de pobreza y de posguerra. Después al transcurrir del tiempo la mayoría acabaron siendo bloques de pisos, cocheras, bancos o simplemente solares. 
   Esos momentos en los que se expandía la publicidad anunciante de películas nacionales y americanas quedaron grabados en la retina de nuestros mayores. También de nosotros mismos, no tan jóvenes ya, que asistimos en los años sesenta a muchísimas sesiones y recuerdan aquel instante en el que los pasquines pasaron de mano en mano, o se encontraban revoloteando por los suelos. Un fugaz santiamén sin importancia en su momento, pero de una trascendencia pasmosa en nuestro actual mundo, donde el dios tecnología lo abarca todo y todo lo puede. Pero que como decía Barthes, la cámara asevera esa milésima de segundo que perdura para siempre. Deja una huella indeleble para la historia y tiene algo de mágica nostalgia que hace parar el tiempo e indagar en todo aquello que en un instante fue.

                                Cine Góngora-Inauguración.jpg         
 
Cine en la Plaza de Toros de                                Pasquín Cine Góngora.
             los Tejares.



MDGZ
Twiter: @corduva73   MARIA DOLORES73



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