Hola a todos. En referencia a los trabajos mandados para la realización del curso de Extensión universitaria de Campus Noroeste de la UNED, denominado "Taller de escritura en Internet. Del comentario político a la creación literaria", aquí dejo uno de los primeros trabajos que nos han mandado
Artículo I (1)
El blanco y
negro del pasado.
A propósito del artículo de Antonio Muñoz
Molina “La factoría de la nostalgia”,
publicado
en el País Cultura, el 15 de febrero
de 2014, dos ideas se me han colado por entre los recuerdos. Una de ellas, se
refiere a la obra de Roland Barthes “La
cámara lúcida”, un ensayo y antología a través de lo que sería el pasado en
el presente de la fotografía. Un tándem entre el recuerdo y la imagen que de ese recuerdo se fija fotográficamente en nuestra mente. Una imagen en blanco y negro de una persona, un paisaje o un monumento
que fue, ha sido, es y no volverá a ser. Solamente en ese Spectrum del que habla Barthes en su Cámara Lúcida, contemplando las fotografías de seres nuestros, como auténticos actores de cine, o la de
Fred McDarrah en la ola de protesta norteamericana, hallamos el momento del blanco y negro en la añoranza de la adolescencia o juventud que compartimos.
Muertos
ya en esa factoría de la nostalgia de la que habla Muñoz Molina, también un
Cooper en el Oeste Salvaje de High noon como
sheriff Kane, magnánimo de la epopeya
de la colonización norteamericana. Un premio en blanco y negro que barruntó los
años indelebles de esa América profunda que cabalgaba desde aquel expresionismo
abstracto de otros aires en la expresión artística del siempre renombrado
Jackson Pollock, ídolo y fe yankee, o la new
mode de Dylan, de un Andy Wharhol contrastado en su imagen fotográfica
blanquinegra y sus pop arts de estridentes pero ingeniosos colores, a aquellas
reservas de auténticos moradores de las llanuras, desiertos y montañas rocosas bien
dadas a la libertad y a un talismán de rituales y magias de nativos, que ni el
mejor Green go comprenderá jamás en
ese amor idólatra de los Estados Unidos para una cultura globalizar, y que tanto
en un Muñoz Molina me llama la atención en el imperio neoyorkino y de una doble
moral americana.
Como
si surgiera en los acuciantes espacios del metro de Nueva York, años sesenta,
la Revolución del 68, el Mayo francés, la Primavera de Praga, o la revuelta estudiantil en México, o rememorar el blanco y negro de los liberadores
disturbios del Stonewall In, poseemos
esa chaqueta beat que nos hizo en el retrato de aquellos nuestros “ídolos”
sentir cuanto vivíamos. Pero es que aquello que vivimos en ese instante ya
estaba en el pasado, en ese ojo óptico que captó lo que en un instante dejo de
ser. Así Bob Dylan en ese banco puesto al sol dejó de ser en un relámpago, para
pasar a otro Dylan, el Dylan de unos segundos después o el Dylan que cautivó
con su mensaje libertario a las masas, aún blanco y negro, y que unas
claudicaron, otras sucumbieron al progreso falsificado de una sociedad del consumo
inútil y desasosegado y otras continuaron en la brecha del mensaje de las ideas liberadoras de los sesenta.
Y Roland Barthes con su lúcida cámara nos prepara el camino del Punctum en la foto hacia la
inevitabilidad de la muerte, o rememorando la exposición de McDarrah deambulamos
por unos hechos sesenteros y setenteros que llegaron a ser fijados en el
negativo del film para siempre, inmortalizados por un cliché que se revierte cada vez que el espectador contempla ese "fue" y en ese momento que ha pasado intervenimos
con el recuerdo, aunque pudiera decirse que el
tiempo anterior “fuera peor”.
Todo esto, en cuanto a esa relación que me ha sugerido el artículo de Muñoz Molina con la obra "La Cámara lúcida" como primera idea, una interrelación entre ambos y que posteriormente se me llena con ese recuerdo de un cine de verano, también en el blanco y negro de la fábrica de la nostalgia, pero en una España que caminaba a duras penas, recién salida de una guerra y llena de piojos y miseria.
MDGZ2014
twitter MARIADOLORES73 @corduva73;
artículo de Antonio Muñoz Molina: la factoria de la nostagia
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/14/actualidad/1392375499_356159.html
La camara lucida de Roland Barthes
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