Buscad en el infinito

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Paseo de los Eucaliptos

miércoles, 16 de marzo de 2011

MI PADRE ANGEL

En esos días de la niñez, yo siempre esperaba en el jardín de mi casa de la Colonia de la Paz, la llegada de mi padre. Me concienzaba que mi padre se había muerto, y que no estaba, no estaba... pero ¡¡¡cómo es posible!!! y entonces, sabía que núnca vendría... al menos en persona, que sí en su espíritu y recuerdos de fotos y halos que parecía, me tocaba y acariciaba.
Cuando ya me resignaba, siempre surgía en mí, entre todas aquellas flores y plantas de mi jardín, que eso era un sueño, que yo estaba soñando y que al despertar él estaría presente y vendría de su trabajo, en su Vespa flamante, reluciente, comprada un día antes de que tuviera el accidente... Pero llegaba la tarde, llegaba la noche, llegaba la mañana y todo seguía igual. Él no venía. Él se había muerto... Y yo, en mis pocos años me preguntaba ¿Por qué? ¿Por qué se ha tenido que ir...? Yo me quiero ir con él. Tu hija.

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