FLORERO, BODEGON Y PERRITO. Mº del Prado. Juan Van Der Hamen. 1625. óleo sobre lienzo. 228,5 cm x100,5 cm. |
BODEGÓN DE JUAN VAN
DER HAMEN (1596-1631). Pertenece a la serie de bodegones llamados
“cortesanos”, que el pintor barroco
español realizó a lo largo de su vida artística, entre otras obras en las que
realiza retratos, paisajes y temas históricos. En concreto la obra que nos
ocupa, Florero y bodegón con perrito, realizada hacia 1625, nos presenta sobre una mesa cubierta con
rica tela en tonalidad verde aterciopelada, una naturaleza muerta compuesta
por un gran florero de vidrio veneciano ornamentado con sobredorados aderezos.
Las flores variadas, lirios, rosas, margaritas y pompones, se hallan dispuestas
ordenada y simétricamente en una bella composición que indica la procedencia de
Flandes de este subgénero dentro de “Naturaleza
Muerta”. El florero se acompaña por una cerámica sobre la que se disponen
dulces, pastas y frutas escarchadas de un lado, y una jarra de cristal y vaso
con agua, ejemplo de la maestría en la captación de los brillos del cristal.
Añade la figura de perro jugando con una fruta, lo que connota la fidelidad y
la amistad que el animal representaba en las pinturas de la época. La
composición, compleja en sí misma, se amplifica por la perspectiva en la profundidad
del campo de visualización que la geometría de las baldosas del suelo introduce
al motivo de la obra.
El bodegón, término afín a la escuela
española, o Naturaleza muerta –Nature
morte- nace a finales del siglo XVI
y casi de manera simultánea en el norte de Italia, los Países Bajos y España,
para la representación de objetos cotidianos, inanimados y tiene que ver tanto
con el creciente gusto por la fidedigna representación del natural, la veracidad, como por una recuperación
erudita del mundo antiguo, un intento de emular al pintor Zeuxis, el mítico
pintor griego capaz de pintar unas uvas que hasta los pájaros llegaban a
picotearlas (posteriormente esta emulación pictórica pasaría a denominarse trompe
d’oeil o trampantojo. Así también por los descubrimientos de los
frescos de la Domus Aurea que tuvieron lugar en el Renacimiento. Tanto en
Italia, con escenas vibrantes y teatrales y con Caravaggio como punto de partida, o en los
Países Bajos en el gusto por la minuciosidad, la exuberancia y el detalle,
avalado por la primitiva pintura flamenca, así como por una creciente
mercantilización y gusto por lo real o natural.
Fue considerado
como género menor dentro del arte de la pintura, y será la figura de Juan
Sánchez Cotán en España quien defina el bodegón de la denominada “escuela
española”. El toledano Cotán, acentúa los volúmenes con iluminación
dramática, colmando de dignidad y monumentalidad los objetos y enseres humildes
–Ver Bodegón de caza, hortalizas y frutas
(1602, en Mº del Prado)- con un
esquema que se caracteriza por una rigurosa geometría en los elementos
dispuestos en una ventana, una fresquera o alacena, reproduciendo lo real, contraponiendo curvaturas a los
rígidos ángulos rectos. Felipe Ramírez, reflejo de la influencia de Sánchez
Cotán también realizará bodegones con cardos, uvas, francolín y lirios, con
intensidad tenebrista, con pinceladas cortas y paralelas. Y de igual manera, el
pintor Van der Hamen, en un primer momento influido por Cotán, realizará en
1622 Bodegón
con dulces y recipiente de cristal, en la que reproduce fidedignamente
los objetos cotidianos y refinados manjares, refrigerios cortesanos que
presentan en esmerados y ricos recipientes, -porcelanas, cerámicas, copas,
jarros de cristal- y que va desarrollando en composiciones más complejas con
mayor número de elementos, como el llamado “Bodegón con alcachofas, flores y
recipientes de vidrio (1627, Mº del Prado) disponiéndolos
escalonadamente al modo de la antigüedad romana. El motivo de las flores
imprime a las obras un carácter jovial, animado por la perfección del detalle y
por el virtuosismo. Es por ello que,
ligado a la casa real española, y por su ascendencia flamenca, que desarrolla
el tema del bodegón para satisfacer la
creciente demanda del coleccionismo cortesano.
A lo largo del siglo
XVII el género del bodegón adquirió mayor repercusión en toda Europa, teniendo
un desarrollo muy personal, por lo que concierne a la pintura española, en
Zurbarán, y siendo especialmente deleitante la pintura de bodegones de Juan
Fernández “El Labrador”, Juan de Espinosa, Tomás Hiepes o Juan de Arellano, de
los que existen bellas muestras en el Museo del Prado de Madrid.
MDGZ. Historia del Arte, Uned.
---------ooooo000ooooo-------
No hay comentarios:
Publicar un comentario